sábado, 6 de febrero de 2021

La Caléndula y sus aplicaciones

CALENDULA OFFICINALIS

 


Elaboración del aceite de caléndula

Únicamente necesitamos aceite de oliva virgen extra, flores de caléndula y un frasco de cristal. Echamos las flores de caléndula en el frasco y a continuación las cubrimos con el aceite, echaremos tanto aceite como sea necesario hasta cubrir las flores. Dejaremos la mezcla durante 30 días, en los que se recomienda que le dé un poco el sol, con dos o tres horas diarias es suficiente, y cada día lo moveremos un poco la mezcla. Una vez transcurridos los 30 días colamos el aceite y lo conservamos en un frasco de cristal oscuro que podremos mantener en la nevera.

 Es recomendable no hacer grandes cantidades, ya que, transcurrido un tiempo el aceite se enrancia y pierde sus propiedades. Por eso, es preferible ajustar la cantidad de aceite a nuestras necesidades.

 Para aplicar el aceite de caléndula, como es un aceite concentrado, lo podemos diluir con más aceite de oliva, con aceite de jojoba, de uva, de germen de trigo, de almendras o avellanas. De hecho, es recomendable hacer una prueba echando una gotita en la muñeca y dejándola durante una hora para ver si produce alguna reacción, en caso de ser así se debe diluir con alguno de los aceites mencionados antes.

 Este aceite es para uso externo únicamente. No lo aplicaremos ni en casos de heridas que supuren ni en embarazadas.

Cuidados necesarios para que crezca adecuadamente. Necesita riego de forma habitual, y es recomendable la eliminación de la maleza que la rodea. Aunque no necesita suelos ricos en nutrientes, en casos extremos es recomendable añadir fertilizantes. La recolección se realiza cuando las flores se abren, y se conservan en un lugar a la sombra, que no tenga humedad. Una vez que están complemente secas, se conservan en tarros de cristal hasta su utilización.

Para qué se utiliza 

- Con propiedades antiinflamatorias y antisépticas, es el ingrediente principal de lociones y aceites que se utilizan en quemaduras y picaduras. Su uso más extendido, que ya se conocía en el Antiguo Egipto, es como remedio para diversas afecciones cutáneas, como el acné o, simplemente, como hidratante de la piel. Asimismo, es eficaz para reducir las afecciones reumáticas.

- Es antiséptica y cicatrizante, antibacteriana y fungicida.

- Emoliente. Suaviza, tonifica e hidrata la piel. De hecho cada vez son más los productos cosméticos que incluyen la Caléndula entre sus componentes.

- Callicida. Provoca la desaparición de verrugas víricas de la piel, debido a su contenido en ácido acetilsalicílico.

- Colerética. Estimulante de la actividad hepática, especialmente de la secreción biliar. Tomada en infusión resulta indicada en casos de congestión o insuficiencia hepática.

- Antiulcerosa.- Cicatriza úlceras de estómago y duodeno. También resulta eficaz en gastritis, gastroenteritis y vómitos.

- Pie de Atleta. Ideal para tratar el pie de atleta. Diversas investigaciones en laboratorio han demostrado que la Caléndula tiene efectos fungicidas anti-hongos. Puesto que el pie de atleta es causado por un hongo, la Caléndula resultará muy adecuada y conveniente para tratar esta dolencia.

- Picaduras de insectos. La Caléndula puede reducir la inflamación y el picor producido por picaduras de insecto e incluso puede ayudar a prevenir la infección debido a sus acciones anti-microbianas. A su vez su acción astringente promueve una curación más rápida. - Heridas ulcerosas. Muchos especialistas recomiendan gargarizar con una mezcla de Caléndula para luchar contra los gérmenes y la inflamación asociada a estas heridas dolorosas.

- Problemas dérmicos. Muy conveniente para tratar problemas de la piel como el acné, irritaciones cutáneas, forúnculos, abscesos, dermatitis, grietas, piel seca y sensible, gingivitis y llagas.

- Curación de heridas. Acelera la curación de cortes y arañazos. La Caléndula es uno de los remedios más comunes para tratar las heridas superficiales y menores de la piel, como cortes y arañazos, ayudando a que la herida cure más rápidamente.